Muelas del juicio: guía para entender qué son, cuándo aparecen y por qué extraerlas
A la hora de hablar de las muelas del juicio (también llamadas cordales) siempre se hace referencia a cuatro piezas dentales de la parte posterior de la boca, y suelen ser siempre las últimas que erupcionan y aparecen ya en la edad adulta, entre los 17 y los 25 años. No obstante, todo depende de cada persona, pues existen casos donde estas nunca han llegado a aparecer o solamente lo han hecho una o dos piezas. Esto hace que el número de piezas que se tienen en la adultez puedan variar, sobre todo si se tienen en cuenta estas muelas del juicio.
Por norma general, una persona tiene un total de 28 dientes, llegando a 32 si se cuentan estas cuatro cordales. Estas tienen su origen en los antepasados de la raza humana, ya que en esa época se necesitaban mandíbulas desarrolladas para poder ingerir un tipo de alimentos que requerían de una masticación mucho más intensa. A pesar de ello, la especie humana ha ido evolucionando y esto también ha provocado que las mandíbulas se hayan hecho mucho más pequeñas, por lo que en ocasiones las muelas del juicio pueden resultar bastante molestas.
Es importante saber que a pesar de que estas puedan producir dolor cuando comienzan a salir, lo cierto es que lo normal es que no haya ningún tipo de complicación y se desarrollen sin mucho más problema. Sin embargo, hay casos de personas que sufren mucho cuando les empiezan a salir las muelas del juicio, por lo que es recomendable acudir a un dentista para que pueda extraerlas.
Antes de proceder con una técnica de este tipo, es importante que el paciente sepa que le están saliendo realmente las muelas del juicio. Los síntomas cuando esto ocurre suelen ser bastante característicos, ya que se suele presentar dolor o molestias en la zona afectada. Existen incluso casos de personas que no presentan este tipo de sintomatologías si sus muelas crecen alineadas, pero por norma general sí suelen producirse dolores e incluso cierta inflamación.
No obstante, en caso de que dichos dolores sean demasiado intensos, es probable que las muelas estén saliendo torcidas. Debido a esto, pueden producirse ciertas complicaciones, ya que la falta de espacio en la boca para que salgan las muelas del juicio, así como un crecimiento inadecuado pueden hacer que se ponga en peligro la estructura de la cavidad oral. Cuando los dientes se apiñan, esto también compromete a la higiene bucodental, pues la boca está más propensa a acumular sarro y bacterias en lugares donde los cepillos no pueden llegar. Además de esto, también se podrían originar quistes y desarrollar enfermedades mucho más graves.
En caso de que un paciente sienta dolores excesivos en la zona donde se desarrollan las cordales, este deberá acudir a una clínica cuanto antes para saber qué es lo que está ocurriendo con estas piezas dentales y si es necesario recurrir a una operación. En estos casos, habrá dos profesionales que se encargarán de realizar este proceso, el primero será un odontólogo que esté especializado en cirugía e implantes, y el segundo, por un cirujano maxilofacial.
Serán estos expertos los que se encarguen de quitar las muelas del juicio en los casos donde sea necesario, habiendo incluso casos donde serán necesarias las radiografías para determinar si esta intervención debe realizarse de una forma preventiva antes de que comiencen a presentar los primeros síntomas. Es importante saber que la cirugía en estos casos es bastante sencilla, además de que se suele practicar de forma habitual y se utiliza anestesia para que los pacientes no sientan ningún tipo de dolor ni molestia durante la intervención.
Las muelas del juicio pueden no salir de la manera adecuada, y esto provocará molestias y dolores bastante intensos a los pacientes, por lo que en caso de que estos sean demasiado fuertes, no se debe esperar para acudir a un dentista. Esto es debido a que no solamente el paciente está pasando un mal rato debido a la erupción de estas piezas dentales, sino que además también hay posibilidad de que la estructura de la dentadura pueda cambiar totalmente.
Por ello, es importante saber cuál es la situación personal de cada uno y en caso de necesitar una cirugía, preguntar todas las posibles dudas a un dentista de confianza para poder prepararse para la intervención. El tiempo de recuperación tras la misma también será de vital importancia, pues dependiendo de cómo haya ido la cirugía, el paciente tendrá que seguir unas u otras indicaciones. No obstante, por norma general, las primeras horas será muy importante tener muy en cuenta el sangrado.
Para poder absorber la sangre tras la operación, el paciente podrá colocarse una gasa limpia y húmeda y cambiarla cada cierto tiempo. Lo normal es que dicho sangrado se detenga a las horas, por lo que en caso de que continúe más tiempo, se deberá acudir cuanto antes al cirujano. La hinchazón también será un síntoma bastante común en estos casos, por lo que la colocación de hielo o bolsas frías en la zona afectada puede ayudar a reducir un poco la inflamación. También puede darse el caso de que el profesional recete al paciente un tipo de medicamento que alivie las molestias, además de recomendar seguir una dieta blanda y evitar aquellos alimentos que sean demasiado duros o estén muy fríos o muy calientes. Por supuesto, se deben evitar sustancias como el tabaco o el alcohol, ya que son nocivas para la boca y pueden dificultar el proceso de recuperación.
A pesar de que estas son pautas a nivel general, lo cierto es que cada paciente tiene una situación distinta, y las consecuencias tras la cirugía no son iguales en todas las personas. Por eso, lo más recomendable es contar con los servicios de un dentista con experiencia que pueda valorar los casos de forma individual y darle unas recomendaciones que se ajusten a ellos. Así mismo, el tiempo de recuperación y el dolor y molestias que se sufrirán en la misma también variarán.