Carboxiterapia en Madrid

La carboxiterapia corporal consta de unas infiltraciones de dióxido de carbono que serán inyectadas dentro de la piel. Es importante conocer que el oxígeno, el cual es el encargado de que la piel pueda verse mucho más sana y tersa, no puede ser inyectado dentro de la misma, pues puede llegar a quemar y causar daños al paciente. Por este motivo, una vez la hemoglobina ha detectado la existencia de una saturación del dióxido de carbono, esta se lo lleva, dejando al oxígeno en su lugar y provocando que este dióxido termine por convertirse en el propio oxígeno en un periodo muy reducido de tiempo.

Este tipo de tratamiento es completamente indoloro, ya que las agujas que se utilizan son de un tamaño tan pequeño que los pacientes no llegan casi a notarlo, más que por un pequeño enrojecimiento que puede aparecer en la zona afectada. No obstante, todos los equipos de profesionales se encargan del control de todos los elementos como la temperatura, la velocidad o las dosis para asegurar el éxito absoluto de su tratamiento.

De esta forma, cuando se aplica el dióxido de carbono dentro del organismo, este comienza a segregar histamina, serotonina o catecolaminas para que comience la dilatación vascular y el tejido subcutáneo comience a experimentar la relajación adecuada. El tratamiento de carboxiterapia es, sin duda, bastante sencillo. No obstante, y como ya se ha mencionado anteriormente, debe ser realizado única y exclusivamente por un profesional del tema.

La carboxiterapia es un tratamiento que proporciona múltiples beneficios a todo aquel que se somete al mismo. Normalmente se utiliza para tratar una serie de problemas ( principalmente estéticos), como pueden ser la celulitis, la flacidez de la piel, las estrías, o en casos más extremos, la ciruclación periférica, la obesidad en determinadas zonas del cuerpo, cicatrices, etc.

Su origen se remonta a los años cincuenta cuando unos cardiólogos franceses se encargaron de desarrollar una serie de tratamientos que permitían solucionar todos los problemas que se relacionaban directamente con una circulación deficiente o una mala cicatrización de las heridas.

Una vez dichos estudios se comenzaron a perfeccionar y a aumentar, se originó la carboxiterapia, y actualmente presenta múltiples beneficios para la salud de todo el que lo prueba, pues no solamente se verán mejor a nivel estético, sino que además serán vitales para los casos con grasa localizada y acumulada.

A la hora de escoger este tratamiento, será necesario conocer una serie de aspectos importantes, comenzando por saber que el dióxido de carbono será introducido utilizando una inyección dentro de la piel que forma las bolsas y las ojeras. De esta manera, el gas terminará por extenderse por toda la zona para posteriormente trabajar a una presión muy baja.

Es importante que los pacientes conozcan estos datos, en caso de tener algún tipo de miedo a las agujas o para simplemente quedarse más tranquilos. El dióxido de carbono introducido se encargará de la mejora de la circulación sanguínea de la zona, de forma que los tejidos se puedan oxigenar y revitalizar.

Las células de la piel se habrán estimulado y crearán colágeno, aparte de que las toxinas acumuladas también se podrán drenar de una forma mucho más efectiva. Todo esto provocará que el estado de la piel presente una mejoría bastante notable.

Por otro lado, no se debe olvidar que la sangre oxigenada provoca que los nutrientes puedan llegar por toda la zona sin ningún tipo de problema, de forma que los pequeños capilares debajo del ojo se puedan reactivar y logrando también la desaparición del color oscuro que se encuentra bajo las ojeras.