¿Por qué el azúcar es el enemigo de los dientes?
Desde que los niños son pequeños se les advierte sobre los peligros que supone el exceso de azúcar para sus dientes y para su salud en general. Sin embargo, en algunas ocasiones esto suele pasarse por alto en la edad adulta, haciendo que las consecuencias sean mucho más graves de lo que parecen. Lo cierto es que cualquier dentista afirma que el azúcar, consumido en grandes cantidades y sin cierto control, puede poner en riesgo nuestra salud bucodental. Esto es debido a que las bacterias que se alojan dentro de la boca se alimentan de azúcar, además de que terminan produciendo ácidos que no solamente provocan la aparición de caries, sino que además pueden dañar enormemente el esmalte de las piezas dentales. Esto, en caso de no ponerle remedio, puede terminar originando problemas todavía más serios, incluso llegando a provocar la pérdida total de los dientes.
Consecuencias del abuso de azúcar en los dientes
El azúcar y los dulces son alimentos que generalmente suelen ser del agrado de la población, no solamente de los más pequeños. Sin embargo, las bacterias alojadas en la boca también son fanáticas de estos elementos, haciendo que cuando la ingesta de azúcar sobrepasa los límites, estas se terminen desarrollando hasta el punto de provocar gran cantidad de caries y de dañar el esmalte de los dientes. El consumo de azúcar en grandes cantidades hace que estos también se debiliten, y pueden provocar pulpitis irreversibles al llegar las caries a afectar sus capas más profundas. Esto hará que el paciente deba someterse a tratamientos más extensos. Por supuesto, las encías también se podrán ver afectadas, y aumentará la sensibilidad dental.
Caries
Las caries son algunos de los problemas principales que se dan cuando una persona consume azúcar de manera incontrolada. Estas bacterias afectan a los dientes de manera directa, y son algunas de las enfermedades dentales más comunes entre la población, especialmente en los pacientes más jóvenes. No obstante, el nivel de daño puede variar enormemente dependiendo de diferentes factores, entre ellos la calidad del esmalte dental, así como el ph de la saliva, las rutinas de higiene diaria de los pacientes o incluso la frecuencia de consumo del propio azúcar.
Boca ácida
A la hora de consumir azúcar de manera excesiva, también se puede producir la aparición de ácidos que actúan después de las comidas. Estos terminan afectando al esmalte dental de las piezas, y pueden provocar erosión en las mismas. En caso de no ponerle el remedio adecuado a tiempo, el paciente podría incluso poner en riesgo el estado de sus dientes, pues se podría producir la pérdida de los mismos. Por esto mismo los dentistas en muchas ocasiones recomiendan no ingerir dulces en exceso, ni tampoco algunas bebidas muy azucaradas que puedan poner en peligro tanto los dientes como las encías.
Inflamación encías
A pesar de que las piezas dentales son las primeras afectadas en caso de consumir excesivamente azúcares, lo cierto es que las encías también pueden llegar a peligrar, pues se produce una inflamación de las mismas. Esto es debido a que la placa dental almacenada puede irritar esta zona de la boca, haciendo que se retraigan y que sea mucho más complicado sujetar a los dientes, por lo que estos podrían perderse definitivamente. Por supuesto, otra de las consecuencias más características de esto es la sensibilidad dental y el dolor a la hora de comer, especialmente aquellos alimentos que sean muy fríos, duros, o muy calientes.
Fracturas en los dientes
Además de que el consumo de azúcar produce un aumento considerable de la placa bacteriana, también se pueden producir fracturas en las piezas dentales. La aparición y acción de los ácidos resultantes de este consumo terminan afectando a los dientes de manera directa, además de que las caries también contribuyen a dañar las piezas. Las bacterias alojadas en la boca, como bien se ha comentado en apartados anteriores, se alimentan del azúcar y por tanto, logran acumularse y reproducirse, ocasionando daños cada vez más graves. La placa bacteriana, una vez se multiplica, tiende a endurecerse con el tiempo, por lo que también se hace mucho más complicada su extracción. Estas consecuencias no solamente afectan a nivel estético a los pacientes, sino que además también suponen un problema a largo plazo en lo que respecta a la funcionalidad de la boca.
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