¿Cuánto dura un tratamiento de ortodoncia?

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    Un tratamiento de ortodoncia es un procedimiento dental con el que buscamos corregir la posición y la alineación de los dientes y la mandíbula. Generalmente, se emplea para resolver problemas como maloclusiones, dientes apiñados o separados y mordidas incorrectas. En esta ocasión, vamos a conocer cuánto puede durar un tratamiento de ortodoncia.

    Duración de tratamiento de ortodoncia

    La ortodoncia implica el uso de una serie de aparatos dentales que aplican una fuerza gradual sobre los dientes para moverlos a su posición deseada. El proceso de este tratamiento no tiene una durabilidad fija, ya que, como veremos a continuación, todo va a depender de ciertos factores a tener muy en cuenta.

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    ¿De qué depende la duración del tratamiento?

    El objetivo final de un tratamiento de ortodoncia es lograr una sonrisa estéticamente agradable y una mordida funcional. La idea es mejorar tanto la apariencia como la salud bucal del paciente. Desde que iniciamos el tratamiento hasta que logramos este objetivo pueden pasar varios meses o incluso años.

     

    Vamos a estudiar, a continuación, todos los factores que entran en juego para determinar cuánto dura un tratamiento de ortodoncia.

    Planificación adecuada

    Para que los resultados de un tratamiento de ortodoncia sean exitosos y tengan una menor durabilidad, es necesario contar previamente con una planificación adecuada.

     

    Una planificación de este tipo nos permitirá evaluar con detalle el caso del paciente y determinar el enfoque más apropiado para corregir sus problemas dentales. Cada persona es única, de ahí que durante la planificación previa debamos tener en cuenta factores como la edad del paciente, su salud bucal, la alineación de los dientes y su estructura facial. Debemos tratar las necesidades específicas de cada persona de la forma más efectiva.

     

    Al mismo tiempo, una planificación adecuada nos ayuda a prevenir posibles complicaciones durante el tratamiento de ortodoncia. No en vano, cuando analizamos la estructura dental y la oclusión del paciente, podemos identificar cualquier posible problema que pueda surgir durante el proceso.

     

    Esto nos permitirá tomar medidas preventivas y adoptar las estrategias necesarias para minimizar cualquier riesgo. La planificación también facilita que el paciente tenga una idea clara de lo que haremos en cada fase del tratamiento y cuánto tiempo durará el proceso en general.

     

    Por último, hay que señalar que la planificación previa contribuye a obtener unos resultados más óptimos y duraderos. De hecho, nos sirve a modo de guía para que el paciente pueda disfrutar de una sonrisa mucho más estética y funcional.

    Tipo de maloclusión a solucionar

    La maloclusión es un problema que se define como una mala alineación de los dientes o la mandíbula. Pero existen diferentes tipos de maloclusión, pudiendo encontrar desde problemas leves de alineación dental hasta casos más complejos. La duración del tratamiento de ortodoncia va a depender en buena medida de la gravedad de cada caso.

     

    Las maloclusiones leves (desajustes mandibulares, dientes muy apiñados, etc.) se pueden corregir en un periodo de tiempo corto que, por lo general, oscila entre los 6 y los 12 meses. Muchos de estos casos se corrigen con el uso de alineadores transparentes o brackets para mover los dientes de forma gradual hasta la posición deseada.

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    Las maloclusiones más graves, en cambio, llevan más tiempo para ser tratadas. En estos casos, es probable que el paciente requiera de tratamientos de ortodoncia más complejos (uso de aparatos más sofisticados, cirugía maxilofacial, etc.). En estas situaciones, la duración del tratamiento puede alargarse incluso 2 – 3 años.

     

    Por tanto, las maloclusiones más leves apenas requieren de unos meses de tratamiento, mientras que los casos más graves, por lo general, necesitan de unos años para su completa solución.

    Edad de la persona

    La edad es otro de los factores diferenciales a la hora de determinar la duración de un tratamiento de ortodoncia. Hay que tener en cuenta que el desarrollo dental es un proceso continuo que se inicia en la infancia y se extiende hasta la adolescencia. La edad en la que ocurren estos cambios es, precisamente, la que va a afectar a la duración del tratamiento.

     

    En los niños más pequeños, por ejemplo, los dientes están aún en desarrollo y pueden moverse más fácilmente, por lo que se logra acelerar el proceso de ortodoncia. Sin embargo, en los adultos los dientes y los huesos son más densos, de ahí que el movimiento de los dientes sea más lento y la duración del tratamiento sea más prolongada.

     

    Los especialistas consideramos que la adolescencia es el mejor momento en la etapa de una persona para someterse a un tratamiento de ortodoncia. Durante este periodo, los huesos faciales aún están en desarrollo y son más maleables. Esto es algo que nos va a facilitar la corrección de maloclusiones y desalineaciones dentales.

     

    Además, la mayoría de los dientes permanentes ya han salido, lo que nos va a permitir poder trabajar con la dentición completa. De hecho, los tratamientos de ortodoncia en adolescentes suelen ser mucho más cortos que los de los adultos.

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    Técnica de ortodoncia utilizada

    A la hora de realizar un tratamiento de ortodoncia, existen diferentes técnicas para lograr los mejores resultados. La durabilidad del tratamiento puede depender también de la técnica que empleemos con el paciente. En este caso, debemos hablar en especial de los dos procedimientos más habituales en este tipo de tratamientos: los brackets y la ortodoncia invisible Invisalign.

    Brackets

    Los brackets son dispositivos que empleamos para corregir la posición de los dientes y lograr una mejor alineación dental. Estos dispositivos están formados por pequeñas piezas metálicas o de cerámica que se adhieren a la superficie de los dientes y se conectan entre sí mediante un arco de alambre.

     

    La principal función de los brackets es aplicar fuerzas suaves y constantes sobre los dientes para moverlos gradualmente hacia la posición correcta. Un proceso de movimiento dental con el que podemos resolver los problemas de dientes apiñados, separados o mal alineados.

     

    La duración del tratamiento de ortodoncia con brackets puede variar según la complejidad de cada caso y las necesidades del paciente. Por lo general, la duración media oscila entre los 18 y los 36 meses. Sin embargo, hay factores que pueden acelerar o prolongar el proceso (el tipo de maloclusión, la edad del paciente, la colaboración, la respuesta individual de los dientes al tratamiento, etc.).

     

    Durante el proceso, es necesario realizar varias visitas periódicas al ortodoncista para ajustar los brackets, cambiar los arcos de alambre y comprobar el progreso del tratamiento. Las visitas suelen tener lugar cada 4 – 6 semanas, una frecuencia que puede variar en función de las necesidades del paciente.

     

    El uso de los brackets también va a requerir de ciertos cuidados para acelerar la durabilidad del tratamiento. Los pacientes deben cepillarse los dientes de forma minuciosa y utilizar técnicas especiales para limpiar alrededor de los brackets y entre los alambres. Además, se recomienda evitar el consumo de alimentos duros o pegajosos que puedan dañar los brackets.

    Invisalign o férulas transparentes

    Invisalign es un innovador sistema de ortodoncia que utiliza alineadores transparentes y removibles para corregir la posición de los dientes. Una alternativa mucho más estética y cómoda a los brackets tradicionales y que está pensada para aquellos pacientes que desean mejorar su sonrisa sin llamar la atención.

     

    El tratamiento con Invisalign se inicia con una consulta con el ortodoncista. El especialista evaluará la salud bucal del paciente y, por medio de tecnología 3D, realizará un escaneo digital de los dientes para diseñar un plan de tratamiento personalizado. El plan mostrará los movimientos que deben hacer los dientes y permitirá al paciente visualizar cómo será su sonrisa al final del tratamiento.

     

    A partir de este diseño, fabricamos los alineadores transparentes personalizados. Los alineadores se usan aproximadamente dos semanas cada uno antes de pasar a los siguientes. Cada juego de alineadores va a ejercer una presión suave pero constante sobre los dientes, moviéndolos de forma gradual hacia la posición deseada.

     

    La duración del tratamiento con Invisalign varía en función de la complejidad de cada caso. Pero, por lo general, dicha duración suele oscilar entre los 6 y los 24 meses. Durante este tiempo, el paciente debe usar los alineadores al menos 20 – 22 horas al día. Solo se los puede quitar para comer y cepillarse los dientes. En todo momento, ha de seguir las instrucciones dadas por el ortodoncista.

     

    Una de las grandes ventajas de Invisalign es que los alineadores son prácticamente invisibles. Esto permite a los pacientes que puedan llevar a cabo su tratamiento sin preocuparse de su apariencia. Además, al ser removibles se facilita la higiene dental diaria y se puede comer sin restricciones.

    Colaboración del paciente

    Hay otro factor fundamental que determina la duración de un tratamiento de ortodoncia y que, en muchas ocasiones, no se tiene demasiado en cuenta. Hablamos de la colaboración del paciente. Durante el proceso de tratamiento, el ortodoncista establece una serie de instrucciones y recomendaciones que el paciente debe seguir.

     

    Estas instrucciones y recomendaciones no solo son fundamentales para lograr los resultados deseados. También resultan claves para disminuir la duración del tratamiento. Cumplir con todas las indicaciones dadas por el especialista es esencial para que el tratamiento siga las líneas fijadas en la planificación previa.

     

    No seguir las indicaciones puede tener consecuencias importantes. No solo hay que señalar que el tratamiento se puede alargar, sino también que este va a resultar mucho más costoso y molesto para el paciente.

    Higiene adecuada

    Mantener una higiene adecuada durante un tratamiento de ortodoncia es fundamental tanto para la salud bucal como para reducir su duración.

     

    La principal razón por la que llevar a cabo una higiene bucal óptima es la prevención de problemas como la acumulación de placa bacteriana y la formación de caries. Los aparatos de ortodoncia, especialmente los brackets, pueden dificultar la limpieza de los dientes y aumentan el riesgo de desarrollar estos problemas.

     

    Si no eliminamos de forma efectiva los restos de alimentos o no mantenemos una buena higiene bucal, la placa bacteriana se va a acumular alrededor de los brackets y los dientes. Esto va a provocar la aparición de manchas, mal aliento, inflamación de las encías e incluso enfermedades periodontales.

     

    La presencia de caries, gingivitis o periodontitis durante un tratamiento de ortodoncia puede retrasar su duración. No en vano, cuando se detectan estos problemas hay que detener el tratamiento para solucionarlos. Una situación que va a implicar más visitas al dentista, retrasos en el avance del tratamiento, daños en el esmalte dental, manchas, etc.

     

    Para mantener una higiene adecuada, el paciente debe cepillarse los dientes después de cada comida y usar hilo, cinta o seda dental a diario. Si está utilizando brackets, es recomendable el uso de cepillos interdentales para limpiar los espacios entre los brackets y los dientes.

     

    Una higiene bucal adecuada disminuye el riesgo de complicaciones durante el tratamiento de ortodoncia. Además, se evitan retrasos y se acorta el proceso. Todo ello sin olvidar que se promueve una buena salud bucal en general para disfrutar de una sonrisa más sana y atractiva por más tiempo.

    Seguir al pie de la letra las instrucciones del especialista

    Siempre que un paciente se somete a un tratamiento de ortodoncia, el especialista le proporciona una serie de instrucciones detalladas sobre cómo cuidar los aparatos y la higiene bucal. Seguir al pie de la letra estas instrucciones es de vital importancia para reducir la duración del tratamiento y obtener los mejores resultados.

     

    En primer lugar, es fundamental comprender que los aparatos de ortodoncia funcionan gradualmente. Los dispositivos que se colocan aplican una presión constante sobre los dientes y los huesos, provocando que se muevan poco a poco hacia su posición correcta. Si no se siguen las indicaciones del especialista, el proceso de movimiento gradual se retrasa.

     

    Además, hay que prestar especial atención al cuidado de estos aparatos de ortodoncia. El especialista también brinda asesoramiento sobre la higiene bucal, el cepillado y el uso de hilo dental para mantener los dientes y encías saludables durante el tratamiento. De no seguir estas pautas, es muy probable que se produzcan problemas de acumulación de placa bacteriana, inflamación en las encías o presencia de caries.

     

    Por otro lado, las visitas regulares al especialista también son muy importantes para tener éxito durante el tratamiento. Durante estas visitas, el ortodoncista se encargará de ajustar los aparatos, realizará una evaluación de los progresos y resolverá cualquier duda que pueda tener el paciente.

     

    Seguir al pie de la letra las indicaciones del especialista muestra un compromiso personal con el tratamiento y la salud bucal en general. La disciplina y la dedicación son claves para obtener los mejores resultados en un plazo de tiempo más corto. Cumpliendo con las recomendaciones se logrará disfrutar de una sonrisa mucho más sana y funcional.

    Paso a paso para usar irrigador dental

    El irrigador dental es un dispositivo muy útil para complementar la higiene bucal diaria. A diferencia del hilo dental tradicional, el irrigador emplea agua a presión para eliminar los restos de alimentos y la placa bacteriana de forma más eficiente.

     

    No obstante para disfrutar de la máxima eficiencia y los mejores resultados con este aparatos, deben seguirse una serie de pasos fundamentales.

     

    1. Preparación. Antes de comenzar, hay que asegurarse que el irrigador dental está perfectamente montado según las instrucciones dadas por el fabricante. A continuación, hay que llenar el depósito con agua tibia. Si lo deseas, puedes añadir un poco de solución antiséptica, pero siempre bajo recomendación de un especialista. Finalmente, ya solo queda conectar el irrigador a la corriente eléctrica.

     

    1. Ajustar la presión del agua. La mayoría de los irrigadores dentales actuales poseen un control de presión del agua ajustable. Al principio, debes comenzar con la presión más baja. Una vez que te sientas cómodo y tengas más práctica, puedes ir aumentando la presión de forma gradual. Es muy importante que logres encontrar un nivel de presión que sea efectivo sin que cause molestias o daños en tus encías.

     

    1. Colocar la boquilla adecuada. Los irrigadores dentales vienen con diferentes boquillas intercambiables. Hay que elegir la que mejor se adapte a tus necesidades. Recuerda seguir siempre las instrucciones del fabricante para acoplar correctamente la boquilla al mango.

     

    1. Posicionar el irrigador. La colocación del irrigador es clave para obtener los mejores resultados. Para ello, debes situarlo en tu boca inclinando la cabeza ligeramente hacia delante. De esta forma, consigues evitar salpicaduras y mantienes la zona limpia durante el proceso.

     

    1. Apuntar el chorro de agua. El chorro de agua debe apuntar hacia la línea de las encías. Es ideal que llegues a todos los espacios interdentales y a lo largo de toda la superficie de los dientes. No te olvides de pasar por todos los rincones de la boca.

     

    1. Limpieza. Hay que mover lentamente la boquilla a lo largo de la línea de las encías. Es muy importante que te detengas entre cada diente y te asegures de limpiar tanto la parte frontal como la posterior de las piezas dentales. En la medida de lo posible, debes llegar incluso a las zonas de más difícil acceso.

     

    1. Enjuagar y repetir. Por último, una vez que hayas completado la limpieza con el irrigador dental tienes que enjuagar tu boca con agua para eliminar los restos de alimentos y el exceso de líquido. Si lo deseas, puedes emplear para ello un enjuague bucal recomendado por el dentista.

     

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