Las amígdalas son dos masas de tejido linfático situadas en la parte posterior de la garganta. Su función principal es la de ayudar al sistema inmunológico a combatir las infecciones al filtrar y eliminar las bacterias que ingresan en el cuerpo por la boca o la nariz. Uno de los problemas que pueden sufrir las amígdalas es el de los tonsilolitos.
Las amígdalas son capaces también de producir anticuerpos que ayudan a prevenir infecciones futuras. No obstante, en algunos casos se inflaman y se agrandan, causando dolores de garganta, dificultad para tragar, ronquera y, en situaciones más graves y avanzadas, apnea del sueño.
¿Qué son los tonsilolitos? ¿Por qué se crean?
Los tonsilolitos, también conocidos como cálculos amigdalinos, son pequeñas masas calcificadas que se forman en las amígdalas. Hay zonas de las amígdalas encargadas de atrapar los restos de comida, moco y células muertas. Estos residuos crean el hábitat perfecto para el crecimiento bacteriano. A medida que estos desechos se acumulan en las amígdalas, se endurecen formando los tonsilolitos. Estos cálculos pueden variar en tamaño y causan mal aliento, dolor de garganta, inflamación y dificultad al tragar.
Los tonsilolitos son más habituales en aquellas personas que tienen las amígdalas grandes o que han sufrido varias infecciones en la zona. Una mala higiene bucal, el tabaquismo y una dieta no equilibrada aumentan los riesgos de sufrir este problema. Si quieres saber más sobre este trastorno, la Revista Española de Odontología publicó en 2017 el artículo Tonsilolitis: una revisión bibliográfica. Una publicación en la que se incluye información sobre la etiología y la patología de este problema. Además, se especifican los diagnósticos y los tratamientos más avanzados para solucionar los cálculos amigdalinos.
Síntomas de los tonsilolitos
Acabamos de ver que los tonsilolitos están formados por restos de comida, células muertas y bacterias que se acumulan en las amígdalas y que se endurecen con el tiempo. Los síntomas de este problema pueden variar de una persona a otra. Sin embargo, hay algunos que son comunes a la mayoría de pacientes. El mal aliento persistente, el dolor de garganta y las molestias al tragar son los síntomas más frecuentes entre las personas que padecen de tonsilolitos. Además, el paciente muestra una sensación de tener algo atascado en la garganta, lo que le produce dolor en la zona y tos crónica.
Por otro lado, es muy común que ante este problema las amígdalas se inflamen y enrojecen. El escozor y la inflamación no permiten que la persona pueda tragar con facilidad alimentos grandes o sólidos. Hay casos en los que el paciente puede experimentar ronquera o cambios en la voz, infecciones en las vías respiratorias superiores e incluso dolor de oído. Si padeces algunos de estos síntomas, es muy probable que tengas tonsilolitos. Lo más recomendable es acudir al especialista médico para recibir un diagnóstico y un tratamiento adecuado.
Tratamiento de los tonsilolitos
Hay diversos procedimientos que podemos llevar a cabo para el tratamiento de los tonsilolitos. Los dos más habituales son la profilaxis profesional y la intervención quirúrgica. Veamos, a continuación, en qué consisten ambos tratamientos.
Profilaxis profesional
Una de las formas más efectivas y seguras de prevenir la formación de tonsilolitos en las amígdalas es la profilaxis profesional. Un tratamiento que consiste en una limpieza profunda de las amígdalas por parte de un especialista médico. Durante la sesión, empleamos instrumentos especiales para poder remover cualquier acumulación de placa bacteriana o restos de comida que hayan podido quedar en la superficie de las amígdalas. La profilaxis profesional se lleva a cabo de forma ambulatoria y, por lo general, no requiere de anestesia. Los pacientes pueden experimentar una sensación de incomodidad durante el proceso, pero el tratamiento resulta muy seguro y efectivo a largo plazo.
Junto a la profilaxis profesional, recomendamos también el uso de enjuagues bucales y educamos por una higiene bucal óptima. La idea es implantar en el paciente una técnica eficaz con la que prevenir y tratar los tonsilolitos.
Intervención quirúrgica
La amigdalectomía o extirpación de las amígdalas es una de las opciones de tratamiento quirúrgico para los tonsilolitos. Durante la cirugía, empleamos anestesia general y retiramos las amígdalas por completo. Un procedimiento que resulta muy efectivo para prevenir futuros problemas de tonsilolitos. Las Actas Otorrinolaringológicas Españolas publicaron en 2018 el artículo Amigdalectomía y/o adenoidectomía en el adulto. Un estudio en el que se discute si ambas intervenciones deben realizarse con frecuencia o más bien se consideran una excepción. Otra intervención quirúrgica que se puede realizar es la criptolisis láser. Con esta técnica, utilizamos un láser para eliminar los tejidos de las amígdalas en los que se forman los tonsilolitos. Un procedimiento menos invasivo que la extirpación de las amígdalas y que tiene una tasa de éxito y efectividad muy alta.
Es probable que el paciente tenga ligeros problemas a la hora de tragar o experimentar dolor de garganta tras la cirugía. Sea cual sea el caso, la intervención quirúrgica debe ser considerada como un último recurso después de haber agotado todas las opciones de tratamiento. Por ello, es muy importante que el paciente reciba la mejor asistencia médica y el diagnóstico más adecuado.
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