Las prótesis dentales son aparatos que se fabrican siguiendo las medidas exactas que tiene la boca de cada paciente, y que se encargan de sustituir tanto una como varias piezas dentales que se han podido perder tanto por golpes como por otras causas. Existen gran cantidad de prótesis, distinguiéndose principalmente entre las fijas o las removibles, y dependiendo de la situación de cada paciente, se requerirá de una o de otra. Las prótesis dentales fijas son las que se mantienen siempre unidas a la boca de forma permanente, es decir, que nunca se pueden quitar y los pacientes tienen que tener una higiene dental mucho más precisa para poder limpiarlas, ya que es más fácil que se queden los restos de comida.
Una de las ventajas de estas prótesis fija, es que no es necesario que pasen por el periodo de adaptación para hablar como puede ocurrir con otro tipo de dentaduras postizas, ya que estos aparatos solamente resultan incómodos los primeros días y luego el paciente prácticamente no nota que lo tiene. Las prótesis fijas también se encargan de sujetar los dientes naturales, por lo que los dentistas deben tallar las piezas dentales hasta formar una especie de muñón. De la misma manera, sobre ese diente se encaja y cementa la prótesis, además de que estas pueden también fijarse sobre los implantes dentales, en caso de tenerlos.
Existen hasta cuatro tipos de prótesis fijas que los pacientes pueden escoger dependiendo de su situación y de sus propios gustos personales. El primer tipo son las coronas, a las cuales también se las conoce como fundas, y estas pueden ser colocadas tanto sobre dientes naturales como sobre los implantes que pueda tener el paciente, como ya se ha mencionado.
En este caso, se debe limar una parte bastante grande de la superficie dentaria antes de intentar encajar la corona, y con el objetivo de que se cumplan todas las funciones que tiene una pieza dental natural, tanto de funcionalidad como incluso de estética. Las prótesis fijas, a pesar de que para algunas personas pueden resultar algo incómodos, suelen ofrecer una serie de aspectos positivos sobre las removibles que es importante tener en cuenta, comenzando con que duran mucho más a largo plazo y además sujetan los dientes de una forma mucho más eficiente. Por otra parte, las fundas se confeccionan con varios materiales, siendo el zirconio el más resistente de todos.
En el caso de los dientes artificiales, estos son confeccionados en el laboratorio dental, tomando como medida las radiografías o las impresiones que ha tomado el dentista en consulta de forma previa. En dicha consulta, estos profesionales se encargarán de adaptar las coronas tanto al color del diente natural como a la forma, de forma que se logre la mayor normalidad y mimetismo con el resto de la boca.
Otro tipo de prótesis fija que existe y que se debe tener en cuenta, son los implantes dentales, unos pequeños tornillos que se insertan dentro de los huesos del paciente, y que se utiliza para sustituir una pieza dental completa que carece de raíz. Hay ocasiones incluso en las que los pacientes sienten confusión con respecto a este tipo de prótesis, ya que las coronas se pueden colocar también sobre ellos. Sin embargo, estos dos elementos son diferentes, ya que en el caso de los implantes, estos únicamente se encargan de realizar una sujeción duradera, aparte de que tienen una funda que cumple con los términos de funcionalidad y estética para los dientes.
Los implantes están fabricados de titanio, un material muy compatible con el organismo humano y que no provoca reacciones alérgicas. Además, la cirugía que se utiliza para la colocación de este tipo de prótesis no provoca dolor en los pacientes, pues se emplea la anestesia local para que las molestias se reduzcan a cero. Y, después de tres meses, en caso de que no surja ningún problema ni complicación, el proceso de cicatrizado debería haber terminado por completo y los pacientes ya podrían comenzar a retomar su rutina con total normalidad.
Los puentes dentales son otro tipo de prótesis fija que suele ser bastante utilizada por los dentistas. Estos puentes son ideales para sustituir uno o varios dientes contiguos, ya que cuentan con una estructura que está formada a su vez por una serie de coronas que pueden ser colocadas tanto sobre los dientes naturales como de los posibles implantes que lleve el paciente. No obstante, el método que se terminará eligiendo dependerá siempre de cada caso y situación.
Si se diera el ejemplo de que una persona solamente careciera de un diente y no tuviera problemas con las adyacentes, lo más probable es que no se necesita extraerla. Los dientes o implantes que se utilizan para colocar una prótesis suelen denominarse pilares, y son los encargados de soportar todas las cargas masticatorias que tiene la mandíbula. A su vez, hay diferentes tipos de puentes, siendo el tradicional el más habitual de todos, y el cual se encuentra formado por tres coronas. Por desgracia, en ocasiones, se necesita tallar dientes sanos cuando se colocan puentes, haciendo que estos sean menos estables a largo plazo y que sean algo menos prácticos que los implantes.
No solo eso, sino que además con el paso del tiempo, el hueco y la encía de la parte en la que no hay dientes vaya haciéndose tan pequeña que termine por mostrar los huecos que hay entre las encías y la prótesis. Por ello, es necesario que los pacientes lo consulten con su dentista antes de proceder con la colocación de puentes dentales, pues pueden no ser su alternativa ideal.
Las prótesis híbridas son otro tipo de prótesis fijas que deben ser tenidas en cuenta, y que se encargan de restituir las piezas dentales y parte de la encía. Su sujeción, además, está completamente asegurada al ir colocada sobre implantes, y permite que el paciente pueda continuar con su rutina sin problema. Teniendo en cuenta todos estos conocimientos sobre prótesis fijas, no cabe duda de que son una alternativa duradera, resistente, y que además trae unos resultados excelentes.