Me tienen que quitar una muela del juicio, ¿cómo se realiza esta extracción?
Las muelas del juicio son aquellas piezas dentales que suelen aparecer cuando una persona alcanza la edad adulta, normalmente entre los 18 y los 25 años de edad, y suelen ser bastante dolorosas
cuando empiezan a salir.
Según los estudios realizados por la Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilofacial (SECOM), hasta un 72% de la población siempre presenta molestias cuando se enfrenta a este proceso en la arcada inferior, y un 45% en la superior, siendo porcentajes bastante altos en ambos casos. Por este mismo motivo, la extracción de estas muelas es una de las intervenciones de cirugía dental más comunes que existen, y no tiene demasiada buena fama entre la población.
Es por esto que muchas personas evitan a toda costa el enfrentarse a este proceso, pues tienen miedo de que durante el tratamiento vayan a sentir demasiado dolor. No obstante, la realidad es que este procedimiento no tiene demasiados riesgos, y si se realiza por un auténtico profesional puede traer grandes resultados y sin necesidad de sentir ningún dolor. A pesar de ello, es importante tener en cuenta una serie de aspectos a seguir cuando se vaya a pasar por esta operación, tanto en el mismo momento como después.
Las muelas del juicio son las últimas piezas de la boca que aparecen, y hay muchas veces que no tienen espacio suficiente para salir. Por ello, pueden darse dos situaciones distintas, una es que estas cordales aparezcan en una posición que no sea adecuada y se conviertan en el centro de múltiples molestias, dolores, e incluso infecciones. La otra, es que se puede detener bruscamente su crecimiento y provocar inflamación en la zona afectada.
Por ello, el dentista encargado de tratar cada caso recomendará que estas muelas sean extraídas en el momento en el que se haya producido una infección en la boca, cuando estas piezas presenten evidentes lesiones provocadas por caries, cuando las cordales están ejerciendo demasiada presión sobre el resto de los dientes, y cuando el paciente sienta una sensación insoportable de dolor en la zona de las encías. En cualquiera de estas situaciones, el odontólogo encargado será el primero que se encargue de indicar a sus pacientes las pautas que deben seguir para comenzar con la extracción, con el objetivo de que se puedan evitar problemas en la estructura de los dientes.
Lo primero que deberá hacer será realizar un diagnóstico antes de tomar una decisión sobre el procedimiento a realizar, a través de una radiografía y un TAC que pueda determinar la ubicación de la muela y la complejidad que tendrá el proceso. Este será llevado a cabo en una clínica dental, y siempre bajo los efectos de la anestesia para que el paciente no sienta ningún dolor. Puede haber casos en los que se tenga que realizar a nivel hospitalario, sobre todo si se da la circunstancia de que la magnitud de la intervención es demasiado grande al tener que extraer las cuatro cordales, o si la mandíbula está demasiado debilitada y hay riesgo de que se fracture.
Cuando se da el caso de que esta operación tiene que realizarse en un hospital, los pacientes tendrán que ser atendidos por un cirujano, y posteriormente el odontólogo será quien se encargue de administrar la dosis de anestesia pertinente para continuar con la operación. Existen tres tipos de extracciones, comenzando por la extracción cordal con semicirugía, que se da cuando la muela erupciona de manera parcial. También está la extracción simple de la muela del juicio, que se da cuando esta pieza erupciona de forma total y se puede extraer con facilidad. Por último, está la extracción con cirugía, que se lleva a cabo una vez hay que abrir la encía para poder sacar la muela.
Algo que suele preocupar en gran medida a todos los que deben enfrentarse a la extracción de una muela, es el dolor que puedan sentir mientras dure el procedimiento. No obstante, la realidad es que este es prácticamente indoloro y no se sentirá ningún tipo de molestia, debido a la utilización de la anestesia local para llevarlo a cabo. Además, los especialistas también se encargan de administrar una serie de medicamentos de carácter antiinflamatorio para evitar que se produzca ningún tipo de infección, además de evitar dolor a sus pacientes. Sin embargo, será muy importante seguir todas las indicaciones que mande el espacialista tras la operación.
Lo habitual será sentir algo de náuseas después de la operación, así como la boca ligeramente dormida. Sin embargo, este efecto solamente durará unas 3-4 horas. También será recomendable tener mucho cuidado a la hora de masticar, además de intentar no tocar demasiado la zona afectada para que no sangre. El dentista proporcionará una gasa al paciente para que se coloque en la boca, y esta deberá ser cambiada cada media hora para que se pueda frenar la hemorragia de forma correcta.
La hinchazón de las mejillas será muy común, así como que aparezcan hematomas o ciertas dificultades para utilizar la boca a la hora de hablar o de comer. Estos efectos, sin embargo, se pasarán a lo largo de los días, aunque en caso de que los pacientes sigan sintiendo dolor y molestias, deberán acudir a un dentista de confianza para que pueda analizar qué es lo que está ocurriendo y proporcionarles la solución más adecuada.
A la hora de someterse al proceso de extracción de una muela del juicio, será importantísimo hacer caso de todas las recomendaciones que indiquen los especialistas, de manera que tras dos semanas de la operación, el paciente pueda continuar con su rutina y su vida habitual. Algunos de los consejos que más se dan son los de evitar los enjuagues y los cepillados en las zonas afectadas, además de seguir una dieta blanda e ingerir alimentos fríos para evitar posibles infecciones.
Realizar un buen reposo, además de evitar ciertos elementos como pueden ser el alcohol o el tabaco,
también serán dos elementos fundamentales para poder recuperarse de la operación lo antes posible y con unos resultados excelentes.