A pesar de que tener los dientes torcidos es algo bastante habitual, especialmente en las personas más jóvenes, lo cierto es que esto supone un problema estético bastante grande para aquellos que tienen este tipo de dentadura, y es una de las principales razones por las que se suelen someter a una ortodoncia. Aunque, por supuesto, otro de los motivos también son las consecuencias que traen dichos dientes torcidos, que por norma general se suelen corresponder a mala funcionalidad de la boca.
Este tipo de orden en las piezas dentales suele ser muy común en los más jóvenes, pero también se da en personas adultas, que son las que suelen acudir a una clínica dental para poder tratarlo. Tanto en cuestiones estéticas como funcionales, la ortodoncia es la solución ideal para corregir esta mala posición de los dientes, a pesar de que también existen otras opciones que no siempre se tienen en cuenta, pero que también son bastante efectivas.
No obstante, para poder determinar cuál de todas es la más adecuada, lo primero que se debe hacer es conocer las causas y los orígenes de estos dientes torcidos. El principal factor de esto suele ser la herencia genética, ya que cuando hay antecedentes de familiares que no tienen espacio en los maxilares o cuya tendencia es la de tener los dientes mal colocados, lo más probable es que sus sucesores también lo hereden. Además, esto no solamente se aplica a los dientes torcidos, sino también al desarrollo de enfermedades de carácter periodontal.
Otro de los factores por los cuales una persona puede tener los dientes mal colocados es debido a la aparición de las muelas del juicio, también denominadas cordales. Cuando estas piezas erupcionan en la boca, en muchos casos alteran la colocación del resto de los dientes, haciendo que estos se vayan apiñando y que tengan un aspecto poco estético.
Por otro lado, los dientes incluidos o impactados, que son aquellos que todavía no han aparecido en el tiempo que debían, son otro factor importante a tener en cuenta en estos casos. Al tardar tanto el salir, estas piezas se quedan en el interior del maxilar tanto de forma completa como parcial, haciendo que el diente adopte una malposición y choque contra otros dientes y haciendo que estos se desplacen de su sitio. Esto suele darse sobre todo en los caninos, o también conocidos como colmillos.
Por supuesto, es importante tener en cuenta que los hábitos que se tengan de bebé también pueden influir en tener los dientes torcidos. Esto se da porque durante las edades más tempranas, los niños utilizan chupete o se chupan el dedo, algo que puede llegar a afectar a los dientes de leche a la hora de aparecer, especialmente en esos niños que lo siguen utilizando pasados los tres años. Todos estos factores suelen ser clave en una mala colocación de los dientes, y a su vez también traen una serie de consecuencias que será importante tener en cuenta.
El hecho de que una persona tenga los dientes torcidos no solamente presenta ciertas desventajas en cuanto a la estética se refiere, sino que también cuenta con varios aspectos negativos que están directamente relacionados con la salud bucodental. El hecho de que los dientes se encuentren apiñados o montados hace que sea mucho más difícil el poder limpiarlos, lo que provoca que la higiene bucal sea mucho más deficiente.
Y el resultado de una mala o insuficiente higiene siempre deriva en acumulación de sarro que a su vez genera caries y otra serie de problemas que a largo plazo podrían ser bastante graves si no son tratados a tiempo. Así mismo, también se generan tensiones muy fuertes en la mandíbula al no encajar las piezas dentales de la forma correcta, lo que también provoca que los pacientes puedan sufrir de dolores de cuello o de cabeza como en el caso de las personas que padecen de bruxismo.
Otro aspecto que se debe tener también en cuenta cuando los dientes no encajan de la manera adecuada, es que se forma fricción entre ellos y la superficie dentaria también termina por desgastarse considerablemente. Por supuesto, no se debe olvidar que el hecho de tener los dientes torcidos también llega a influir en la capacidad de hablar que tienen las personas, especialmente en los más jóvenes que todavía están empezando a desarrollar estas habilidades.
Teniendo en cuenta todos estos aspectos, queda muy claro que en caso de tener los dientes torcidos lo más recomendable es intentar poner una solución que pueda corregir este tipo de mal formaciones. La ortodoncia es el factor que mejor suele funcionar en estos casos, pues los pacientes recuperan tanto la funcionalidad como la estética de sus cavidades orales, y además corrige de forma totalmente completa todo el apiñamiento de los dientes que se pueda generar.
Muchas veces los pacientes se encuentran reacios a recurrir a la ortodoncia debido a que muchos aparatos no son demasiado discretos, pero la realidad es que actualmente existen múltiples tipos de brackets que se pueden adaptar a los gustos y necesidades de cada uno sin problema. Entre ellos, no solamente se encuentran los brackets metálicos tradicionales, sino que también existen alternativas transparentes que mueven los dientes de forma bastante precisa y que además, son mucho más discretos y estéticos.
A pesar de que las ortodoncias, como ya se ha mencionado, son la mejor alternativa para corregir los dientes torcidos, lo cierto es que también existen otras opciones, sobre todo para aquellos pacientes que no desean llevar brackets.
En este caso, se puede recurrir a los alineadores dentales de Invisalign, unas férulas que pueden ser retiradas en cualquier momento y que se van cambiando cada dos semanas. Estas se encargan de hacer pequeños movimientos dentarios para que los dientes puedan terminar colocándose adecuadamente, siendo mucho más estéticos que los brackets y también más cómodos para los pacientes.
En todo caso, hacer frente a una mala posición de los dientes será fundamental, no solo para tener una sonrisa mucho más armónica, sino también para poder evitar evitar gran cantidad de complicaciones que puedan ser nocivas para la salud bucodental.