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    Flúor dental: ¿para qué sirve y qué beneficios tiene?

    Una de las técnicas más recomendadas para combinar el cepillado de dientes y tener así una salud mental mucho más correcta, el la utilización del flúor. Esto es un elemento químico que tiene aplicaciones en múltiples campos distintos, y en este caso, la odontología se incluye en uno de ellos, debido a los múltiples beneficios que ofrece para los dientes. Ya en el siglo pasado se descubrió que existía una relación entre la reducción considerable de la presencia de caries con el consumo de flúor, y por eso los dentistas lo recomiendan tanto a sus pacientes en la actualidad. El flúor es un elemento que se encarga de proteger las partes externas que existen en los dientes, también conocidas como esmaltes. Gracias a él, las caries y bacterias encuentran mucho más complicado el poder dañar las piezas dentales, y por eso es muy recomendable su utilización tras un buen cepillado. No obstante, el flúor es un elemento químico que tiene muchísima potencia, y que puede llegar a ser muy peligroso para el cuerpo humano si no se hace un uso adecuado del mismo, llegando a producir incluso quemaduras graves. Por este motivo, es necesario que, en caso de emplearse, se haga con la más absoluta responsabilidad, y siempre siguiendo las pautas y recomendaciones de un profesional.

    Fluor dental

    El flúor tiene una presencia enorme tanto en las pastas de dientes como en los enjuagues bucales y colutorios, ya que los beneficios que proporciona a la salud bucal son múltiples. Se recomienda especialmente ene niños, ya que sus dientes están comenzando a formarse y la presencia del flúor ayuda a un desarrollo adecuado de estos. Además, este tiene una serie de componentes que ayudan a fortalecer el esmalte de los dientes, el cual es fundamental para las piezas, llegando a ser incluso uno de los tejidos más resistentes del organismo. Sin embargo, es muy frecuente que con el paso de los años este se vaya desgastando, además de que también pueden intervenir otra serie de factores como un cepillado incorrecto, mala higiene dental o algunos trastornos como el bruxismo. El desgaste dental es algo que debe tratarse a toda costa, pues cuanto más hay, más sensible será la dentadura y mayor posibilidad habrá de que se llene de caries y otro tipo de bacterias que podrían desencadenar infecciones más graves. Es por este mismo motivo por el cual el flúor es una alternativa tan recomendada, pues es un elemento que contribuye en gran medida a que los dientes consigan una resistencia mucho mayor a todas las agresiones de las bacterias. Además, el flúor puede empezar a utilizarse desde una edad muy temprana, pues los beneficios que aporta se aplican tanto a los adultos como a los niños. No obstante, en el caso de los menores, se debe consultar siempre a un dentista para que pueda recomendar la mejor alternativa y que no se dañe su dentadura en ningún caso. Es fundamental que sea un profesional el que indique las cantidades exactas de flúor que debe echarse un niño, empezando a partir de los dos años. Esto es debido a que normalmente es a partir de esta edad cuando empiezan a tener capacidad de enjuagarse la boca por sí mismos sin tragarse nada.

    Otra duda bastante frecuente que suelen tener muchas personas, es si el consumo y la utilización de este flúor como medida higiénica puede ser dañina o incluso tenga efectos secundarios para todo aquel que la use. La realidad es que esto no tiene por qué ser así, pues todo el mundo está expuesto a unas ciertas dosis de flúor a lo largo de su vida, y por ellos los posibles efectos secundarios que se puedan producir solamente se deberían a una exposición demasiado larga y excesiva al mismo. No obstante, si este elemento se utiliza con responsabilidad y en las cantidades necesarias, no tiene por qué ser dañina para el organismo en ningún caso. A pesar de ello, si se consume en cantidades demasiado grandes y durante mucho tiempo, se puede desarrollar la fluorosis, una enfermedad que se produce cuando se desarrolla el esmalte dental. Esto ocurre cuando los dientes de leche se encuentran en contacto con mucho flúor durante su crecimiento, y se manifiesta en forma de manchas blancas en los dientes que no solo perjudican a la estética de la sonrisa, sino también a la salud bucal de quien la padece. Por ello, para tratarla sería necesario someterse a un blanqueamiento dental, o intentar adquirir pastas de dientes que no tengan flúor. A pesar de ello, lo más recomendable siempre será no abusar de las cantidades de flúor que se utilizan para los dientes.El flúor es un componente que se debe incorporar a la higiene diaria de una persona desde una edad muy temprana, pero siempre en las dosis recomendadas por un profesional. Será muy importante que, en el caso de los niños, los padres se impliquen y les controlen la cantidad de flúor que utilizan durante el cepillado, así como después del mismo. Esto será especialmente importante cuando los dientes todavía son de leche.

    Fluor dental

    El flúor dental tiene múltiples beneficios, comenzando por dar una protección bastante grande a los dientes contra todo tipo de bacterias y de caries. Es un elemento que ayuda tanto a los niños que aún no tienen las piezas dentales definitivas, como a los adultos que ya poseen todos los dientes, y que todos los dentistas recomiendan para tener una higiene dental óptima. Son ideales para poder prevenir todo tipo de caries dentales, a pesar de que siempre debe acudirse al dentista para que pueda revisar bien su dentadura y pueda indicarles las pautas necesarias para su uso adecuado. Como ya se ha mencionado, el exceso de flúor puede hacer que salgan manchas en las piezas dentales, por lo que es muy importante calcular las dosis adecuadas para su óptimo funcionamiento. Las concentraciones pequeñas de flúor son de lo más beneficiosas para la salud dental de las personas, pero cuando estas se exceden, sus efectos pueden ser muy negativos, por lo que conviene ser especialmente cuidadoso con las cantidades que se manejan.

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