Se podría decir que, actualmente, el tratamiento de carillas dentales es uno de los más demandados que existen, no solamente debido a que son una gran forma de corregir pequeñas imperfecciones. Además, también permiten que su color sea lo más parecido posible a la tonalidad natural del diente, lo que actúa como valor añadido. Son un tipo de técnica que actúa de forma muy rápida y que resulta bastante eficaz una vez finaliza el proceso.
Estas finas láminas pueden fabricarse a través de dos materiales: el composite y la porcelana. Estos se encargan de adherirse a las caras visibles de las piezas dentales, de forma que tengan una apariencia mucho más estética. La principal función de estas carillas es conseguir que la sonrisa sea lo más armónica posible, además de que no pierda su apariencia natural. También es importante destacar que se pueden utilizar de igual manera para la corrección de defectos bastante comunes como es el caso de los dientes que están torcidos, que tienen muchas manchas, que se han roto o que están naturalmente separados.
Las carillas dentales ¿Cuántas clases hay? ¿De qué están hechas?
Estas finas láminas pueden ser de dos tipos diferentes que conviene destacar:
Composite: Suelen ser las preferidas de los pacientes, pues no solamente hacen que el diente parezca totalmente natural, sino que además es una corrección de lo más sencilla que normalmente se utiliza para las personas más jóvenes.
Porcelana: A su vez, estas se dividen en ultrafinas (ofrecen una duración mucho mayor) y zirconio. Las primeras requieren de un ligero contorneado en el lugar donde se va a colocar la carilla, y actualmente su fabricación no dura más que un par de días, aunque ya casi no se utilizan. El segundo cuenta con una enorme resistencia, y es bastante más estético, ya que cuentan con más grosor. Este es un tipo de material que también suele utilizarse frecuentemente para la fabricación de coronas dentales.
Es conveniente saber, que las carillas estéticas también pueden utilizarse para la corrección de aquellos dientes que tienen demasiada separación entre ellos. Los expertos recomiendan que este tratamiento se comience a realizar cuando los pacientes ya tienen más de 18 años. Para los más jóvenes, lo más probable es que el profesional les coloque composite, que son reversibles y pueden ser retiradas fácilmente en cualquier momento.
¿Cuáles son los aspectos positivos y negativos de las carillas de porcelana y composite?
Tanto un material como el otro presentan una serie de ventajas y desventajas que es importante tener en cuenta:
Ventajas del composite
• Son muy fáciles de reparar: las carillas dentales fabricadas con composite tienen una reparación bastante rápida y sencilla de realizar, por lo que los pacientes no tendrían que esperar en caso de rotura.
• Son muy cómodas de llevar: El paciente prácticamente no notará que las tiene, lo que resulta bastante atractivo para aquellos que quieren corregir imperfecciones sencillas en sus dientes.
• Ofrecen un aspecto muy natural: Se adaptan a la perfección al tono del diente, lo que hace que estéticamente también sean agradables.
• Son más baratas: Su precio es bastante más económico que el de las de porcelana, lo que funciona como una ventaja añadida.
Desventajas de las composite
• Duración menor: Los pacientes solamente las podrán llevar un máximo de cinco años, pues más tiempo ya hace que se deterioren y no se puedan utilizar.
• Menos resistencia: A pesar de que generalmente son un material que puede aguantar, lo cierto es que es mucho más fácil de romper que la porcelana.
Ventajas de la porcelana
• Mayor duración: Pueden sobrevivir en perfectas condiciones hasta un total de 15 años. Ni siquiera pierden su color, además de que si se les somete a unos buenos cuidados su duración puede incluso prolongarse.
• Gran resistencia: Este material es bastante resistente, lo cual hace que sea mucho más difícil romperlo.
• Resultados naturales: Al igual que ocurre con el composite, el aspecto de estas carillas es de lo más estético, lo que funciona como ventaja añadida.
Desventajas de la porcelana
Son mucho más caras: Al ser un material más resistente y duradero, lo cierto es que su precio también es mayor, aunque luego sea una inversión que salga bastante rentable.
En caso de rotura, tardan más en repararse: Incluso aunque la realidad es que es un material muy complicado de dañar, en caso de que esto ocurra, arreglarlo constará de un proceso más largo que con las carillas de composite.
Casos en los que el paciente no se puede poner carillas
Existen ciertas situaciones donde los pacientes no pueden ponerse carillas, ya que estas tienen riesgo de romperse o de no cumplir su función correctamente. Estos son algunos de los más destacados:
Bruxismo: Se trata de aquel trastorno donde una persona rechina mucho los dientes sin darse cuenta, especialmente por las noches. Un paciente que padezca de bruxismo no debería ponerse carillas dentales, (incluso aunque haya muchos que sí lo hacen) sino que tendrá que recurrir a las férulas de descarga para tratar este problema.
Maloclusiones: Se dan cuando los pacientes no muerden de la forma correcta, o no cuentan con una buena mordida. Por ello, no es recomendable que lleven carillas, pues se podría proceder a su rotura. En estos casos, la mejor solución es recurrir directamente a una ortodoncia.
Higiene dental inadecuada: no tener unas rutinas muy claras de higiene diaria no solamente trae graves consecuencias en lo que se refiere a la salud bucodental, sino que también impiden que se puedan utilizar las carillas estéticas. Esto es debido a que la aparición de inflamaciones en las encías es mucho más frecuente en estos casos debido a la acumulación de sarro.
Malposiciones: Aquellas personas que cuentan con unas malposiciones muy claras en sus dientes, es decir, que sus piezas están mal colocadas, no pueden llevar carillas dentales. Por este motivo, los especialistas en estas situaciones suelen recomendar la utilización de una ortodoncia, ya que también se pueden obtener excelentes resultados, y el diente no se verá afectado en ninguno de los casos.