Una de las malposiciones más comunes que suelen tener los dientes, es el apiñamiento, o lo que es lo mismo, una alteración de la colocación de las piezas dentales en las arcadas superiores e inferiores. Este tipo de problema es bastante común tanto en niños y adolescentes que aún están desarrollando la dentadura, como en personas adultas. El apiñamiento dental no afecta únicamente a quienes lo padecen en lo que se refiere a la salud bucodental, sino también con respecto a la estética de la boca.
Este tiene su origen en la falta de espacio que tienen los dientes antes de erupcionar, aunque también puede darse debido a que las piezas dentales sean demasiado grandes con respecto al hueso, o en aquellas personas que tienen la mandíbula excesivamente estrecha. El apiñamiento presenta distintos grados, dependiendo del paciente y de su caso individual, comenzando por el leve ( cuando el espacio es menor de 3 milímetros), el moderado ( entre 3 y 5 milímetros) y el grave o severo ( más de 6 milímetros). No obstante, es un tipo de malposición de los dientes que puede ser fácilmente corregida. Para ello, un dentista profesional deberá encargarse de evaluar cada caso de forma individual para poder decidir qué alternativa es la más recomendable según el paciente.
¿Cuáles son los tipos de apiñamiento?
El apiñamiento es un problema bastante común entre la población, y el cual puede darse por diferentes causas. Concretamente destacan tres clases que conviene conocer:
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Apiñamiento primario: Los dientes se encuentran en una mala posición por cuestiones genéticas y antecedentes familiares.
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Apiñamiento secundario: Se produce debido a una pérdida de los dientes de leche antes de lo habitual, o por tener unos malos o inexistentes hábitos de higiene dental. Por otro lado, algunas malas costumbres que se adquieren en la infancia, como pueden ser el chupete, también propician una posición incorrecta de las piezas dentales. Por su parte, aquellos dientes que se caen antes de lo previsto hacen que los adyacentes les quiten espacio, pues estos terminan moviéndose para ocupar el hueco que han dejado las piezas caídas.
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Apiñamiento terciario: Es un tipo de desplazamiento que se produce debido a la erupción de las cordales, más conocidas como las muelas del juicio. Al ser un tipo de piezas dentales que solo surgen en la edad adulta, muchas veces no tienen espacio suficiente para salir. Esto hace que, al no tener espacio suficiente para salir, queden finalmente retenidos en el interior de la encía. En estos casos, lo más conveniente es extraer la cordal. Este apiñamiento no se da con demasiada asiduidad, pero en caso de hacerlo, es conveniente acudir a un dentista cuanto antes para que pueda solucionarlo.
Problemas del apiñamiento
Una de las cuestiones que más preocupan a las personas que tienen apiñamiento es lo que está directamente relacionado con la estética. Esto es debido a que unos dientes que se encuentren mal posicionados traen consecuencias directas para la sonrisa, la cual no resultará ser demasiado armónica. Por otro lado, los problemas que pueden traer los apiñamientos dentales no solamente tienen que ver con estos factores estéticos, sino también con la salud bucodental de los pacientes. Unas piezas dentales que no se encuentran correctamente alineadas terminan complicando enormemente el tener una buena higiene bucodental, pues es mucho más complicado acceder a todos lls huecos de la boca para limpiar los restos de comida. Esto termina provocando el desarrollo de ciertas enfermedades periodontales que podrían incluso la pérdida de las piezas dentales.
Por otra parte, esto podría incluso derivar en problemas Masticatorios que terminen transmitiéndose a la articulación temporomandibular, además de un desgaste del esmalte dental que protege las piezas.
Tratamientos contra el apiñamiento dental
Para poder controlar y solucionar el problema del apiñamiento de las piezas dentales, se pueden recurrir a una serie de tratamientos como pueden ser los siguientes:
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Ortodoncia: En el caso de los niños, es mucho más sencillo cambiar todas las imperfecciones que puedan tener sus piezas dentales, desde el color, la posición o la forma. No obstante, también es posible llevar esto a cabo en adultos, pues el problema del apiñamiento puede ser perfectamente solucionado con cualquier tratamiento de ortodoncia. Existen múltiples alternativas, entre las cuales destacan sobre todo los brackets metálicos tradicionales, aunque también se puede recurrir a aparatos removibles como es el caso del Invisalign.
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Stripping dental: Esta técnica normalmente se suele combinar también con las ortodoncias, ya que a través de ella se consigue que las piezas tengan suficiente espacio entre ellas. Consiste básicamente en pulir los dientes para que su anchura se vea considerablemente reducida, y para poder realizarlo son se necesita anestesia, ya que es un tipo de tratamiento completamente indoloro. Será un dentista profesional el que se encargue de llevar a cabo este proceso, ayudando a que se cierren todos los huecos y evitando así el apiñamiento.
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Extracciones dentales: Este es un tipo de tratamiento que se suele utilizar de forma habitual en los casos más severos de apiñamiento dental que existen. En las exodoncias o extracciones, el dentista se encarga de quitar la pieza dental que corresponda de forma que se pueda ganar cierto espacio en la arcada. Por norma general, este es un tipo de procedimiento que se suele llevar a cabo en las muelas del juicio, ya que son las únicas piezas dentales que realmente no cumplen ningún tipo de objetivo en la boca. Existen muchos pacientes a los que nunca les salen, pero a los que sí muchas veces les ocasionan gran cantidad de molestias y dolores, además de que pueden mover al resto de piezas que ya estaban colocadas. Por ello, una vez se extraen, los pacientes se encuentran mucho más aliviados y también se soluciona que todos los dientes se desplacen.
El apiñamiento dental, como ya se ha comprobado, es un tipo de problema bastante común que tiene una solución bastante sencilla. No obstante, siempre es conveniente acudir a un especialista que pueda recomendar el tratamiento más adecuado dependiendo de la situación y las circunstancias de cada paciente.