Alveolitis seca, ¿qué es y cómo se trata?

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    La salud dental es fundamental para el bienestar general del cuerpo humano. La falta de cuidado en tus dientes puede llevar a una serie de problemas y enfermedades. Hoy, precisamente, vamos a conocer una de ellas: la alveolitis seca. Hablaremos de sus síntomas, sus posibles causas de aparición y cómo podemos prevenirla y tratarla. 

    Alveolitis seca

    ¿Qué es la alveolitis seca?

    La alveolitis seca es una complicación que suele suceder, por lo general, después de una extracción dental. Se da cuando el coágulo de sangre que se forma en el lugar de la extracción se disuelve antes de tiempo o no se forma adecuadamente. Esto provoca que el hueso y el tejido queden expuestos, algo que resulta bastante doloroso. 

    Conocida también como osteitis alveolar, en realidad podemos hablar de ella como una complicación postoperatoria que no permite que la herida de la extracción dental cicatrice bien. Tras una extracción dental, se forma un coágulo sanguíneo en el espacio vacío que ha dejado la pieza dental extraída. Este coágulo hace las veces de capa de protección sobre el hueso que está debajo y facilita la base para el crecimiento de uno nuevo. 

    En el año 2016, el doctor García Alonso publicó el artículo Alveolitis seca: una revisión actualizada. En dicho estudio, se puede conocer con más detalle en qué consiste este trastorno y cuáles son sus síntomas y causas más evidentes. 

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    Síntomas de la alveolitis seca

    Los principales síntomas de la alveolitis seca incluyen dolor intenso y constante no solo en la cavidad del diente. Este dolor, que puede irradiarse incluso hacia la oreja o la mandíbula del lado en el que se produjo la extracción, se da porque el hueso y los nervios se ven expuestos. El malestar general que se produce es muy elevado. 

    Por otra parte, es muy probable que el paciente sufra de mal aliento y de un sabor muy desagradable o agrio en la boca. Otro de los síntomas más frecuentes es una sensación de vacío o hueco en la boca. 

    Causas de la alveolitis seca

    Como acabamos de comentar, la alveolitis seca se produce cuando el coágulo de sangre que se forma después de la extracción dental se descompone dejando expuesto el hueso que hay debajo. 

    Las posibles causas de este problema  pueden ser varias: 

    • La falta de cuidado postoperatorio adecuado después de la extracción dental. 
    • La extracción de dientes afectados por infecciones o enfermedades periodontales. 
    • La extracción de dientes difíciles o complicados. 
    • La extracción de dientes en pacientes fumadores. 

    A decir verdad, no es posible determinar una causa exacta y única de la aparición de la alveolitis seca. No obstante, lo más habitual es que haya podido existir algún traumatismo en la zona de la cirugía después de una extracción un tanto compleja. También puede darse el caso de que el paciente sufra de una infección bacteriana en el alveolo. 

    Factores de riesgo de la alveolitis seca

    Los principales factores de riesgo de la alveolitis seca suelen ser cuatro: 

    • La extracción de dientes molares. 
    • El tabaco, ya que sus sustancias químicas retrasan e impiden la cicatrización normal. 
    • Una mala higiene bucodental que pueda provocar una infección en dientes y encías. Al no limpiar correctamente la zona de la herida, los riesgos de contraer una enfermedad son mayores.  
    • Una cirugía dental prolongada. 

    Otro factor que se considera de riesgo se da en aquellas mujeres que toman anticonceptivos orales. Esto ocurre porque los anticonceptivos de este tipo poseen altos niveles de estrógenos que dificultan la cicatrización. Las personas que ya han sufrido de una alveolitis seca previa también están más expuestos a este problema que los que no lo hayan padecido. 

    Complicaciones de la alveolitis seca

    Generalmente, la alveolitis seca rara vez produce infección o complicaciones muy graves. Lo que el paciente va a sentir, sobre todo, es el intenso dolor y las molestias generadas del mismo. Lo mejor en estos casos es acudir al especialista para determinar si la causa de este dolor es o no la alveolitis seca. 

    Contacto

    En muchos pacientes, la alveolitis seca va a provocar un retraso en la cicatrización tras la extracción dental. Esto puede dar lugar a una infección que ha de tratarse desde el punto de vista médico. En los casos más graves, se puede producir una osteomielitis, una infección del hueso que se produce cuando las bacterias ingresan a través de la herida abierta en la cavidad dental. 

    Prevención de la alveolitis seca

    La mejor manera de prevenir la alveolitis seca es siguiendo las recomendaciones del dentista después de la extracción dental. Es muy importante que el paciente pueda poner en práctica estos consejos: 

    • Enjuagarse la boca con líquidos durante las primeras 24 horas. 
    • No fumar o usar productos relacionados con el tabaco. 
    • Evitar beber alcohol. 
    • No consumir alimentos calientes o muy duros los primeros días. 

    Además, es muy importante que el paciente pueda mantener una buena higiene bucal después de la extracción dental. Para ello, debe cepillarse los dientes con un cepillo de cerdas suaves y usar hilo dental con cuidado para evitar dañar la zona de la extracción. Siguiendo estos consejos, se puede reducir significativamente el riesgo de desarrollar alveolitis seca después de una extracción dental. Asimismo, si el dolor es muy intenso tras la extracción, hay que acudir al especialista. 

    Tratamiento de la alveolitis seca

    Una vez realizada la extracción dental, el dentista le aconsejará al paciente la colocación de compresas frías en la zona para aliviar el dolor y la inflamación. Es muy recomendable ingerir mucha agua y evitar las bebidas alcohólicas, muy calientes o con cafeína. La dieta durante los primeros días después de la extracción dental ha de ser blanda o líquida. La limpieza y la higiene bucal es un apartado fundamental en este tratamiento. Pueden hacerse enjuagues bucales y cepillados muy suaves evitando el lugar de la extracción. Más tarde, también se pueden hacer gárgaras con agua salada y tibia durante al menos una semana. 

    Por otro lado, en muchos casos será necesario prescribir analgésicos y antibióticos para reducir el dolor y prevenir la infección. Finalmente, el dentista le indicará al paciente las revisiones periódicas que debe llevar a cabo. 

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