La salud dental es clave a la hora de garantizar ciertas funciones tan esenciales y básicas dentro de nuestra rutina diaria como pueden ser tanto el habla como la masticación. Esto también afecta directamente en la salud general de los pacientes, además de que padecer ciertas enfermedades de carácter bucodental puede influir también en la aparición de otro tipo de enfermedades sistemáticas, aparte de dolores de cabeza, dificultades para respirar, etc. Por ello, en caso de sentir cualquiera de estas molestias y tener la mínima sospecha de que puedan estar relacionadas con la salud bucodental, será necesario acudir a un dentista inmediatamente para que este pueda evaluar y conocer cuál es el problema y qué se debe hacer para solucionarlo. Por desgracia acudir al dentista no suele ser agradable para nadie, incluso cuando se produce la primera toma de contacto donde el profesional solamente lleva a cabo una simple revisión.
No obstante, es importante hacer frente a los miedos y acudir a una primera consulta donde se evaluará el estado de la boca del paciente y se trazará un plan de tratamiento personalizado en caso de que sea necesario. Para lograr esto, se realizará una exploración bucal intensa para descartar que exista ningún tipo de anomalía en las piezas dentales, así como del paladar, la lengua e incluso las propias mejillas. Sin olvidar, que se llevarán a cabo ciertas pruebas diagnósticas que se encargarán de que la evaluación se pueda completar con éxito, para lo cual probablemente se utilicen radiografías panorámicas que permiten tener una visión global del estado de la boca del paciente. En caso de detectar alguna infección o la presencia de caries, el profesional se encargará de indicar al paciente el tratamiento más indicado para hacer frente a su posible problema.
En una revisión de estas características, lo más probable es que también sea necesario el realizar otras pruebas que permitan que el diagnóstico sea mucho más específico. Una de estas pruebas serán las fotografías tanto intraorales como extraorales que sean capaces de detectar anomalías en la estructura ósea. También destacan las telerradiografías, que determinan cuál es la relación que existe entre la mandíbula y los maxilares.
Por supuesto, tampoco se puede olvidar la ejecución de las radiografías periapicales, de forma que puedan descartarse la presencia de caries en las zonas interproximales. También es posible que el profesional necesite de información extra por parte de su paciente en relación con la historia de su salud bucal, de manera que el diagnóstico también sea mucho más preciso y se asegure una solución adecuada a cada caso. Por otro lado, es importante tener en cuenta que lo más recomendable es acudir al menos una vez al año al dentista para que este someta a sus pacientes a una revisión rutinaria y descartar posibles infecciones o enfermedades. Además de esto, existen otros motivos de peso por los cuales una persona tiene que acudir al dentista, siendo todas bastante habituales, pero que deben ser tratadas a tiempo.
Una de las causas más comunes por las cuales un paciente puede acudir al dentista es por el sangrado de las encías. Esto suele ser normalmente provocado por una mala higiene bucal que hace que se acumule gran cantidad de sarro en la cavidad oral y se lleguen a inflamar las encías. Por ello, se produce una irritación muy fuerte que termina derivando en un sangrado de las mismas, y que suelen ser el síntoma principal de que una persona padece gingivitis. Y esta, a su vez, también corresponde a un posible inicio de una enfermedad mucho más grave como es la periodontitis.
No obstante, esta puede evitarse perfectamente si un profesional realiza una limpieza bucodental que se encargue de eliminar por completo toda la acumulación de placa y de sarro que se pueda producir en la boca. Por otro lado, el sentir que los dientes están demasiado sensibles, en especial a la hora de ingerir alimentos fríos o a la hora de beber agua, también suelen ser un motivo frecuente por el que muchos pacientes acuden al dentista. Esta sensibilidad puede deberse principalmente a una debilitación del esmalte dental, así como la presencia de caries o de grietas en las piezas dentales. Incluso esta sensibilidad puede deberse también a un cepillado demasiado agresivo.
También es importante tener en cuenta que si esta sensibilidad se siente tras someterse a un tratamiento de blanqueamiento dental, será un síntoma completamente normal tras el proceso, por lo que el paciente no tendrá nada de lo que preocuparse en este caso.
Otro de los motivos por los cuales una persona debe acudir al dentista es, sin ninguna duda, cuando siente dolor en alguno de sus dientes. Esto puede estar provocado por múltiples razones, desde la aparición de las muelas del juicio, hasta la extensión de una caries dental que se ha extendido demasiado o incluso un absceso dental. Por otra parte, las piezas dentales no son las únicas que pueden hacer sentir dolor a los pacientes, ya que también pueden darse en otras partes del cuerpo como las cervicales, la mandíbula o incluso la cabeza.
Esto es debido a enfermedades o patologías como puede ser el bruxismo, que consiste en un movimiento completamente involuntario de rechinar los dientes y de apretar la mandíbula. Para ello, la solución más adecuada es confeccionar una férula de descarga que pueda ayudar a los pacientes que sufren de este bruxismo, o incluso el colocar unas coronas dentales para devolver la estética a su sonrisa. Por otro lado, también hay casos de pacientes que acuden a una revisión con el dentista debido a mal aliento o sabor demasiado amargo en la boca.
Esto puede también deberse a tener caries que se han extendido demasiado o incluso a la presencia de infecciones dentro de la cavidad oral. En todos estos casos, será de vital importancia acudir a consulta siempre con un dentista con experiencia y que inspire confianza a sus pacientes. Y, como ya se ha mencionado, aunque no se padezca ninguno de estos síntomas, sigue siendo necesario visitar a un profesional cada diez meses para poder ahorrarse cualquiera de estos problemas.