Algunas de las dudas más frecuentes que suelen tener las personas que quieren someterse a un blanqueamiento dental, es si esto es posible en caso de haberse realizado previamente una endodoncia en algunas de las piezas dentales. A estos dientes se les denomina “no vitales”, pues lo que se ha hecho sobre ellos es básicamente matar el nervio, por lo que es conveniente saber que es posible que a la hora de llevar a cabo un blanqueamiento dental, todos los dientes experimenten cambios menos ese.
Esto es un problema, sobre todo en lo que se refiere a la estética del paciente, y por eso es importante informarse de todas las alternativas que existen para poder solucionarlo. La realidad, es que con la existencia del blanqueamiento interno, ahora ya es posible cambiar también el color a los dientes no vitales. No obstante, es importante tener en cuenta que el procedimiento para tratar los dientes endodonciados y el utilizado para tratar los dientes vitales presenta una serie de cambios bastante importantes. Por ello, es conveniente preguntar y acudir a un especialista para salir de dudas y someterse a la técnica que más convenga según la situación de cada paciente.
¿En que consiste el blanqueamiento interno?
El proceso del blanqueamiento dental interno consiste en un tipo de tratamiento que aclara el color de los dientes que previamente se han visto sometidos a una endodoncia, y que se realiza sobre las estructuras internas del diente, a diferencia del blanqueamiento externo. Este último se ejecuta en la parte más superficial de las piezas a través de unas férulas que se colocan en la boca, y una lámpara especial que se encarga de aplicar luz sobre los dientes. Además de esto, el blanqueamiento interno suele realizarse de forma individual, y el externo sobre el conjunto de dientes dentro de la boca.
El tipo de tratamiento más adecuado dependerá de cada paciente y de su situación individual. No obstante, en lo que se refiere al tratamiento interno, este siempre debe ser realizado por auténticos especialistas en odontología conservadora. Asimismo, para ejecutar este tratamiento se deben seguir los siguientes pasos de la manera adecuada:
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Diagnóstico previo: Cuando un paciente quiere realizarse un tratamiento de blanqueamiento dental y tiene dientes que han sido endodonciados previamente, primero se deben realizar una serie de pruebas para asegurarse al 100% de que esta es la técnica más adecuada para ellos. Este estudio previo se llevará a cabo a través de fotografías o radiografías, de forma que se pueda conocer de primera mano el estado de la boca de cada paciente y se puedan obtener datos del “antes” y el “después”. Además, este tipo de diagnósticos también servirán al dentista para poder determinar cuál es el estado de salud bucal de sus pacientes.
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Toma de color: Una vez se ha llevado a cabo el proceso del diagnóstico y las radiografías, será importante llevar a cabo un registro del color que tienen los dientes. Esto se realizará a través de una escala de color.
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Apertura de la pulpa: Cuando el color ya ha sido registrado, el odontólogo se encargará de abrir la cavidad pulpar sobre la que se va a ejecutar el tratamiento. Dicha cavidad pulpar será la misma donde a su vez se llevó a cabo la endodoncia.
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Limpiar la cámara pulpar: Una vez esta ha sido abierta, el profesional tendrá que lavarla para que el interior de la pieza dental quede completamente limpio y libro de bacterias, caries y cualquier otra posible infección.
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Aplicar el gel blanqueador correspondiente: Cuando la cavidad pulpar se encuentra completamente limpia, llegará el momento de aplicar el gel blanqueador, un tipo de producto que se encargará también de deshacerse de todos los residuos que se puedan encontrar dentro de la propia cámara pulpar. De esta manera, se garantiza que los resultados del tratamiento serán satisfactorios.
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Sellar el diente con un tipo de cemento provisional: El siguiente paso será sellar la cámara pulpar de forma temporal. Sin embargo, será importante tener en cuenta que los efectos de este gel durarán únicamente siete días. Cuando pase este periodo de tiempo, habrá que acudir a revisión con un especialista.
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Acudir a revisión: Como ya se ha mencionado, cuando todos estos pasos han sido ejecutados, será importante que un profesional lleve a cabo una revisión para asegurar al paciente que todo se encuentra en orden. Aquí también se deberá confirmar que los resultados del color son los que la persona esperaba, y en caso contrario, se debería repetir el procedimiento hasta adoptar el tono que el paciente desee.
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Reconstruir el diente: Si los resultados son satisfactorios, ya se podrá proceder a realizar el sellado del diente.
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Resultados finales: En este momento se tomarán las fotografías del antes y el después del proceso para que el paciente pueda comprobar por sí mismo la evolución en el color de sus dientes gracias a este tratamiento.
A pesar de que este proceso corresponde al del blanqueamiento interno, lo cierto es que el externo también trae generalmente unos buenos resultados. Por ello, es normal que a veces surjan dudas entre los pacientes sobre cuál de todos estos tratamientos es el más adecuado.
En algunos casos, incluso algunas personas deciden combinar ambos tratamientos para conseguir unos resultados mucho más satisfactorios. Si un paciente decide hacer esto, será importante que sepa que el primero que se ejecuta es el interno, para poder conseguir el color deseado. Y, una vez se obtenga, ya se podrá comenzar a proceder con el blanqueamiento externo sobre el conjunto que tiene la sonrisa. En ambos casos, será importante acudir siempre a un profesional que ya tenga experiencia previa en este tipo de tratamientos y que pueda garantizar en cierta medida que los pacientes van a terminar contentos con los resultados del blanqueamiento.
También será importante recalcar que antes de someterse a una técnica de estas características, es conveniente acudir primero a una clínica para que un odontólogo pueda determinar y aconsejar a sus pacientes sobre el tipo de tratamiento más adecuado, y si realmente es posible combinarlos.